Conóceme

Me llamo Devi Estrada, y mi trayectoria profesional está vinculada y articulada a mi descubrimiento y crecimiento personal. En 1999, cuando tenía 14 años, llegó a mis manos el libro *El arte de amar* de Erich Fromm. En esa época visitaba semanalmente a mi psicoterapeuta Elisa Berloso, de Girona, quien fue un referente y un apoyo importante en un momento vital en que mi familia se sintió desbordada. Este primer contacto despertó en mí el interés por la psicoterapia y por otros referentes humanistas, como Carl Rogers, Karen Horney, Melanie Klein o Donald Winnicott, entre otros. Pero no fue hasta el primer contacto con el doctor Claudio Naranjo, alrededor del año 2008, que inicié mi viaje vocacional por el camino de la psicoterapia. El psiquiatra chileno ha sido una influencia en mí desde los 24 años, cuando decidí comenzar un proceso profundo de autoconciencia. La compasión y la profundidad del doctor Naranjo han sido un faro y una guía en mi etapa universitaria, y su filosofía conforma actualmente el pilar fundamental de mi práctica psicoterapéutica. Hasta entonces, me había dedicado a la crianza de mi hija, como madre joven y soltera, creciendo junto a ella. Mi juventud estaba ávida de respuestas sobre cómo la influencia de la crianza, la educación y la sociedad afectan el estado mental y emocional de los niños y futuros adultos, sobre el autoconocimiento y la psicoterapia como vía de desarrollo individual, y sobre el potencial de la conciencia individual para la transformación colectiva.
Paralelamente a mi autodescubrimiento personal y a la crianza, estudié y me gradué en psicología. Decidí especializarme en las terapias humanistas debido a mis contactos previos, concretamente en la Terapia Gestalt. Dentro del proceso con la Gestalt, comencé a tomar conciencia de la dimensión corporal de la mente. Sandra Sales, Ona Mestre, Antonio del Olmo, Andrés Waksman, Bettina Waismann, Luis Carbajal, entre otros, han sido maestros directos en mi descubrimiento somático y en la experiencia del movimiento. El descubrimiento de la conciencia corporal y el movimiento como lenguaje ha sido una revolución en mi forma de vivir en el mundo. La integración entre la mente, las emociones y la experiencia corporal forman una triangulación básica en mi trabajo psicoterapéutico.
A causa de una maternidad precoz, mi contacto con niños y jóvenes ha sido inevitable desde la juventud, pasando por ser madre, madre de día, monitora y acompañante de niños con neurodivergencia. Mi interés y experiencia en el trabajo con la infancia me llevó al modelo de la terapia de juego de Violet Oaklander, la Sandplay y la Terapia de Artes Expresivas de Cathy Malchiodi. Confío en el potencial de las herramientas de juego, simbólicas y expresivas para acompañar en las diferentes etapas del desarrollo infantil, donde la frontera cognitiva entre el adulto y el niño puede ser sorteada gracias al lenguaje del juego y la libre expresión. Una frontera que también puede ser sorteada en el proceso terapéutico de un adulto gracias a la expresión artística, cuando las palabras se convierten en límites. El arte y la creatividad han formado parte de mi vida. Desde niña, la creatividad ha sido un lugar de refugio frente a las pérdidas y el trauma. El lenguaje expresivo y simbólico me ha aportado una gran fuente de apoyo, consuelo y resignificación del dolor. El dibujo, la pintura y la danza han estado presentes desde pequeña y hoy en día todavía forman parte de mi proceso personal. Ahora, de adulta, soy consciente de que las horas y horas de dibujo en mi infancia fueron una forma de sanar mis propias heridas. Artistas como Lygia Clark, Joseph Beuys o Louise Bourgeois son un buen reflejo de esto y han hecho de su vida una obra de arte.
Actualmente, mi búsqueda se basa en acompañar a encontrar un equilibrio entre el sí mismo, las relaciones, las herencias familiares y los dones naturales. Y todo esto, articulado sobre un espacio seguro donde la expresión, la validación y la comunicación sean la semilla del bienestar individual y colectivo, donde cada proceso sea una nueva obra de arte.
Graduada en Psicòloga. Psicòloga Col·legiada núm. 29432. Titulada en Teràpia Gestalt per la Fundació Casa Ambar Barcelona. Membre adherent de la Associació Espanyola de Teràpia Gestalt. Formada en Mediació Comunitària i Comunicació No Violenta per la Fundació Pere Tarrés. Patrons Relacionals amb Luis Fernando Cámara. Certificada en Teràpia d’Arts Expressives pel Trauma amb Cathy Malchiodi per l’Instituto Cuatro Ciclos. Postgrau en Arte y Cuerpo, Alas Barcelona. Grau d’Arts. Colaboradora del area infanto-juvenil del Espai Emocionart, Terrassa. Formadora y colaboradora de la escuela Arteterapia Hephaisto, Barcelona.
